Las inversiones en Terreno rústico se consolidan como valor seguro para inversores ante la caída de los valores financieros.

Invertir en fincas rústicas se ha convertido en una opción muy rentable tras la crisis derivada de la pandemia. No en vano, estos terrenos suelen mantener unos precios bastante estables, lo que convierte su compraventa en un negocio casi seguro en tiempos de crisis e incertidumbre como el actual.

Pero, ¿Cuáles son los aspectos diferenciales que hacen de la inversión en fincas rústicas una actividad muy atractiva? En primer lugar, la ya mencionada estabilidad de los precios. La causa de este fenómeno se encuentra en la estabilidad del sector alimentario. Independientemente de las crisis, este segmento se mantiene fuerte de manera constante. No en vano, todos tenemos que comer…

Pero realmente lo que hace interesante este tipo de inversiones es el hecho de que estén en explotación, bien sea como unidad de producción agrícola de regadío con sistema de cultivo intensivo, en cuyo caso la rentabilidad estará casi asegurada, o bien como explotación dedicada al turismo rural, o ambas opciones combinadas.

Lo cierto es que este tipo de fincas cotizan dependiendo de la calidad del terreno y la zona desde 8 Euros el metro cuadrado hasta 15 Euros el metro cuadrado y en algunas zonas del sur de España pueden llegar a cotizar hasta 20 o 25 Euros el metro cuadrado si aplican técnicas avanzadas de invernadero y además técnicas avanzadas de regadío con evolucionados sistemas tecnológicos de gestión Ambiental.

Lejos de lo que se piensa, la agricultura española es una de las más avanzadas de Europa y también del contexto de la OCDE, atendiendo a las cifras del INE. Todo ello hace que los valores de precio del terreno sean bastante estables, ya que al no estar sujetos al efecto de especulación inmobiliaria propia de las construcciones, su prima de riesgo sea prácticamente inexistente, lo que implica que el riesgo de pérdida por minoración de valor sea en la práctica ninguno.

Adicionalmente, tenemos la capacidad de rentabilidad productiva de explotación a escala si el terreno es de más de 10 Hectáreas de regadío y en estos casos la cotización siempre estará por encima de los 12 Euros el metro cuadrado siempre que cuente con un sistema de riego por trasvase y embalse propio de más de 1.000 metros cuadrados de superficie con capacidad de recogida suficiente.

Son diversos factores los que influyen en la calidad de los terrenos, pero está claro que en los últimos meses de Octubre de 2021 a Mayo 2022, la demanda de fincas rústicas ha experimentado un incremento cercano al 200% respecto de la media de la década anterior, lo que hace que el precio del metro cuadrado se haya incrementado ligeramente en un 15%, tendencia que parece seguir creciendo ante la escasez de materias primas y el encarecimiento de los combustibles, lo que nos recuerda que al fin y al cabo la Tierra es el primer sector del que directamente se extraen los productos que consumimos, y por tanto su valor incrementa a medida que el resto de los indicadores presentan caídas.

Se estiman rentabilidades cercanas al 10% si las características del terreno son como las arriba descritas y esta rentabilidad puede llegar a alcanzar cotas del 12 al 15% si el tamaño es superior a las 10 Hectáreas de regadío y/o si se combina con prestación de servicios de turismo rural.

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